197 Años del Discurso del Libertador Simón Bolívar Ante el Congreso de Angostura.
Señor.¡ Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta! Se cumplen este lunes 197 años del Congreso de Angostura en cuya apertura pronunció Simón Bolívar su histórico discurso.
Fue en 1819 en Angostura (Venezuela) cuando se celebró el segundo congreso constituyente.
El Congreso de Angostura, inaugurado el 15 de febrero de 1819 por el Libertador Simón Bolívar, bajo la inspiración del Ideario del general Francisco de Miranda, representó el segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela. Fue convocado en el contexto de las guerras de independencia de Venezuela y de la Nueva Granada.
El discurso de Angostura es la intervención que hizo Simón Bolívar en la provincia de Guayana, el 15 de febrero de 1819 en el recién instalado Congreso de Angostura en el contexto de la independencia de Venezuela y Colombia. El discurso fue publicado en el Correo del Orinoco, números 19, 20, 21 y 22 del 20 de febrero al 13 de marzo de 1819.
En el discurso pronunciado durante casi una hora ante el Congreso de Angostura, el Libertador analizó de manera profunda la realidad de su tiempo, señalando la conveniencia de que las instituciones que surgieran en sur América a raíz de la Independencia, debían responder a las necesidades y posibilidades de estas sociedades, sin copiar modelos de tierras extrañas.
Aunque se reconoce en este documento lo favorable del régimen federal para otras naciones; se sostiene que en el caso de Venezuela es preferible un centralismo, basado en un Poder Público distribuido en las clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; resaltando la fortaleza del Ejecutivo. Sugiere también Bolívar que a estos tres poderes se agregue una cuarta instancia denominada Poder Moral, destinado a exaltar el imperio de la virtud y enseñar a los políticos a ser probos e ilustrados.
En una demostración de gran ilustración el Libertador hace reminiscencias de Grecia y Roma y examina las instituciones políticas de Gran Bretaña y Estados Unidos, citando para esto a filósofos y políticos de la Enciclopedia y de la Revolución Francesa, para desembocar en la necesidad de instaurar un sistema republicano-democrático, con proscripción de la nobleza, los fueros y privilegios, así como de la abolición de la esclavitud. Otro aspecto al que dedicó una importancia fundamental en el proceso de consolidación de las repúblicas latinoamericanas, fue a la educación. En este sentido, para él educar era tan importante como libertar.
Después de desarrollar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el poderío de la América libre y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente exhortación al Congreso: “Señor, empezad vuestras funciones: yo he terminado las mías”. Tras esto hizo entrega de un proyecto de Constitución así como del Poder Moral, a fin de que fueran estudiados por los diputados, añadiendo: “El Congreso de Colombia está instalado; en él reside, desde este momento, la Soberanía Nacional. Mi espada y las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a sostener su augusta autoridad. ¡Viva el Congreso de Colombia!”.
Luego de pronunciar su discurso, Bolívar tomó juramento a los diputados y luego puso en manos del presidente del Congreso, Francisco Antonio Zea, su bastón de mando, renunciando con esto a su cargo de jefe supremo; lo que no fue aceptado por el poder legislativo, que por unanimidad se lo devolvió. El discurso efectuado por Bolívar ante el Congreso de Angostura, fue publicado (aunque incompleto) los días 20 y 27 de febrero y 6 y 13 de marzo en las columnas del Correo de Orinoco. También fue traducido al inglés por James Hamilton e impreso en los talleres de Andrés Roderick, en Angostura.
En abril de 1820, circuló en Bogotá un folleto con el texto en español revisado por el propio Bolívar. Por mucho tiempo estuvo extraviado el manuscrito original que leyó el Libertador ante el Congreso de Angostura, hasta que en 1975 los miembros de la familia británica Hamilton-Grierson, descendientes de James Hamilton (quien lo había conservado en su poder) lo devolvieron a la nación venezolana.