Los acontecimientos dramáticos, que sucedieron en la ciudad estadounidense de Chicago, en 1886, dejaron en el camino a cuatro asesinados por tribunales inicuos al servicio de un sistema que ya tenía formas y características definidas para hacer mal y daño. August Spies, Albert Parsons, George Engel y Adolf Fischer fueron ejecutados, acusados de disparar durante una manifestación por derechos laborales, entre los que se incluían las 8 horas laborales, otro líder laboral se suicidó un día antes de ser ahorcado, luego de investigaciones posteriores se demostró que eran inocentes, sus nombres, son la ofrenda, que el movimiento trabajador mundial recuerda cada año. Esta, por supuesto, no es la única mácula que el sistema capitalista devenido en imperialismo le muestra al mundo como señal de su poder depredador consumista, un siglo de atropellos, intervenciones, muerte y destrucción van dejando a lo largo de su penosa y alevosa existencia, tanto en su propio territorio, como en los países del resto del mundo. Es una tarea casi imposible diferenciar el comportamiento del poder de los EEUU desde sus comienzos como nación, al que tienen hoy, a no ser por el desarrollo tecnológico y por los adláteres que tienen en cada país. El día del trabajador, como jornada de reflexión y estudio, nos debe dejar conciencia de nuestra tarea y compromiso, para participar en todos los acontecimientos que hoy nos sacuden socialmente, coadyuvar con nuestras ideas, iniciativas, capacidades y voluntad en la toma de decisiones, desde donde se desarrolla nuestra actividad laboral. Los que pretenden el poder político de cualquier forma, ya han mostrado desde su trinchera lo que van hacer con la Ley Orgánica del Trabajo, lo que harán con la Misión Vivienda y, lo que es peor, la persecución, los asesinatos que sin piedad cometerán contra la militancia bolivariana-revolucionaria. Una propuesta nació ayer de quien sí conoce lo que es trabajar, Una Asamblea Nacional Constituyente, un paso firme y radical para evitar más derramamiento de sangre, más miedo y más descontrol, la propuesta del presidente Nicolás Maduro estremece a la sociedad venezolana, vamos a pulsar la opinión, la participación y la entrega del venezolano para resolver esta guerra económica, este desastre especulativo que nos pretende convertir en seres impertinentes y egoístas. Más democracia, paz y participación, para enfrentar al monstruo de la destrucción. ¡¡Chávez Vive, La Patria Sigue, Vivan los Trabajadores!! Carlos Seijas...