En 1945 se fraguó un maquinado golpe de Estado contra el general nacionalista Isaías Medina Angarita, dirigido fundamentalmente por el mayor Marcos Pérez Jiménez y el dirigente de Acción Democrática Rómulo Betancourt, en contra de un gobierno democrático, progresista y legítimo, que apenas le faltaba un año para finalizar. Medina había empezado a introducir profundas reformas como la Ley de Hidrocarburos y la legalización de los partidos políticos.