"Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones; nunca contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades.............A los señores magistrados, mi sincera gratitud por haberme permitido expresarme libremente, sin mezquinas ; coacciones no os guardo rencor............y se que el Presidente de este tribunal, hombre de limpia vida, no puede disimular su repugnancia por el estado de cosas reinantes que los obliga a dictar un fallo injusto........En cuanto a mí, se que la cárcel será dura como no lo ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arranco la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa la historia me absolverá.”