Conocido como el maestro de La Guaira, estado Vargas, y uno de los artistas plásticos venezolanos más importantes del siglo XX, Armando Reverón, falleció en el Sanatorio San Jorge, el 18 de septiembre de 1954.
Fue precursor del arte conceptual. Su vida se dividió en varias etapas: La azul (1920), influenciada por el pintor Nicolás Ferdinandov. La blanca (1924), en la que exploró los efectos de la luz. El crítico e intelectual venezolano Alfredo Boulton fue quien le colocó este nombre a esta etapa de la pintura del artista.
La sepia (1940), en la que dedica sus trazos a reflejar el litoral y el puerto de La Guaira y en donde los tonos marrones del soporte del coleto, constituye el valor cromático dominante de la composición, señala la historia.
Posteriormente, pasó a la etapa figurativa en la que utilizó elementos fantásticos y construyó muñecas y objetos para refugiarse en un universo mágico luego de sufrir una crisis psicótica que obligó a su reclusión en el sanatorio San Jorge.
Según la artista Sol Rococuchi, el “Loco de Macuto” se puede considerar como el primer artista verdaderamente venezolano que existió, “porque él estudió afuera como todos los artistas, que tenían la costumbre de estudiar afuera y venían para acá a hacer lo que se hacía allá. Pero en Macuto comenzó a crear un arte autóctono”, argumentó.
Reconocido fue el método de pintar de este artista que en su búsqueda de una percepción más profunda de la naturaleza, que lo llevó a desarrollar procedimientos y materiales que se adecuaran a la forma de representar el paisaje bajo los efectos del deslumbramiento producido por la luz directa del sol. VTV