En 1876, los restos del Libertador Simón Bolívar, que reposaban en la Catedral de Caracas, fueron trasladados al Panteón Nacional. La iglesia de la Santísima Trinidad, situada al norte de la ciudad, había sido remodelada para convertirla en un panteón nacional dedicado a guardar los restos de los héroes de la Patria. Fue solamente inaugurado el 28 de octubre de 1875.