5 de de julio de 1811, paso decisivo del patriotismo fundado en la defensa, fundado, en no soportar 300 años de dominio imperial, de saqueo no sólo de nuestras riquezas, sino de la dignidad, en inicio de nuestro indómito indígena, el cual se forjó de aguerrida lucha, que se hermanó con el africano que fue cazado como bestia para ejercitar labores esclavizantes, deshumanizantes e indignantes, también con el “criollo” y hasta con la exceptividad del mantuano. Ello dio como ejemplo a seguir, la región continental del Sur, Caribe y Antillas; se empatizó, entonces de lucha y se emprendió de la idea para dejar de ser una teoría, para convertirse en la cruda realidad que a sangre y fuego determinara 10 años sin tregua contra el invasor asesino venido de Europa.