Desde 1999, la Revolución Bolivariana ha desarrollado una política de protección integral a la clase obrera, que incluye la aplicación de leyes que reivindican sus derechos sociales y laborales.
A través del incremento de la inversión social, que en la actualidad representa el 73% de los ingresos del Estado, el número de hogares pobres pasó de 29% en 1998 a un 18% a 2016, lo que representa una reducción de 11 puntos porcentuales en los últimos 18 años.
Gracias a la creación de nuevos puestos de trabajo, la tasa de desocupación cerró en 6% en 2016, lo que equivale a una reducción de 8,6 puntos porcentuales con relación al 14,6% en que se encontraba en 1998, antes de que el comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, llegara al poder.