La expresión de voluntad por parte del soberano ha sido una conquista en la jurisprudencia constitucional venezolana que, como tal, ha honrado al Poder Originario desde 1999 como poder fundamental, supraconstitucional, que no está subordinado a ninguno de los poderes constituidos y del cual emana el ordenamiento jurídico y político de la nación.
En un primer momento, el 19 de enero de 1999, la Corte Suprema de Justicia decidió que sí era posible consultarle al pueblo venezolano si estaba de acuerdo con la convocatoria para elegir una Asamblea Nacional Constituyente que elaborara una nueva Carta Magna acorde con los nuevos tiempos para la República.
El día de la toma de posesión del presidente Hugo Chávez, 2 de febrero de 1999, a través del Decreto presidencial Nº3, se convoca al referéndum consultivo para elaborar una nueva Carta Magna, propuesta que fue bandera política de Chávez para las elecciones de 1998, que ganó con el 62,46% de los votos, contra los candidatos de la oposición Henrique Salas Römer (31,48%) e Irene Sáez (4,60%).